Convento del Rosal

    El Convento de Nuestra Señora del Rosal es un recinto religioso situado a las afueras de Priego,  en la carretera de Alcantud, a unos dos kilómetros de distancia. Familiarmente siempre se le ha llamado “Las Monjas”. En la era contemporánea de la ciudad se ha utilizado como área recreativa, de ahí la instalación en el paraje de varias pistas deportivas, hoy en desuso.

 

    Construido en 1525 por iniciativa de Diego Carrillo de Mendoza, párroco de Zaorejas en principio y chantre de la Catedral de Cuenca más tarde, hermano de Luís Carrillo de Mendoza, séptimo Conde de Priego, y por obra del arquitecto Pedro de Alviz. Dedicado a la Orden de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas, entre sus inquilinas estuvieron María de Mendoza y Teresa Carrillo, sobrinas ambas del fundador. Según la tradición allí apareció la imagen de la Virgen junto a un rosal que estaba en un extremo del patio de la entrada. Este rosal se mantenía siempre verde con hojas en invierno. Se dice que hubo algunas monjas que cortaron tallos del rosal como esquejes y nunca enraizaron.

 

    El Convento hoy día está en ruinas, y de él se conserva aún gran parte del claustro compuesto por arcos de medio punto con rosas labradas en las enjutas y aunque derruído, todavía podreis observar su gran belleza; una parte de la Iglesia, de estilo gótico, conservando los parámetros y la nave izquierda, con ábside poligonal y decoración plateresca;  y el cuerpo del edifio con dos plantas de techo góticos sobre el que se sitúa la espadaña. Se trata del edificio original de mayor antigüedad de la ciudad.

 

    Como anécdota diremos que en el pozo del convento se encontraron una serie de tallas bastante deterioradas, destacando una de San Marcos, y que debieron ser escondidas para evitar su destrucción durante la Guerra Civil Española.